Un cuidado y atención adecuados a los rodamientos, asegura que estén en óptimas condiciones y a prolongar la duración de estas piezas. Mejora la eficiencia de las máquinas, evita fallos y facilita la gestión de repuestos en el almacén de mantenimiento. Podemos hablar de 4 fases fundamentales a las que se ve sometidos los rodamientos para alargar su vida útil, las cuales son: montaje y lubricación, alineación, relubricación y monitorización básica de estado.
1.— Montaje y lubricación
El montaje preciso de rodamientos desempeña un papel crucial en el mantenimiento efectivo y en la prolongación de la vida útil. Un montaje correcto reduce el desgaste prematuro, optimiza la distribución de cargas, previene fugas de lubricantes y facilita el acceso para operaciones de mantenimiento regular. Además, contribuye a evitar daños mecánicos durante la instalación, mejora la eficiencia operativa y simplifica el reemplazo en casos de mantenimiento correctivo. Lubricar los rodamientos no solo reduce fricción y calor, optimizando eficiencia y energía, sino que también protege contra corrosión y contaminantes, asegurando la integridad estructural.
2.— Alineación de rodamientos
La alineación adecuada de los rodamientos es un componente esencial del mantenimiento preventivo, ambas prácticas están estrechamente vinculadas para garantizar un rendimiento óptimo y una vida útil prolongada de los rodamientos. La alineación precisa ayuda a evitar desalineaciones que podrían generar cargas desequilibradas y desgaste prematuro. En el contexto del mantenimiento preventivo, la inspección regular de la alineación se convierte en una medida clave para detectar posibles problemas antes de que se conviertan en fallos costosos. Durante el mantenimiento preventivo, se pueden realizar ajustes de alineación según sea necesario, asegurando que los rodamientos operen en condiciones ideales. En conjunto, la alineación cuidadosa y el mantenimiento preventivo trabajan sinérgicamente para optimizar la eficiencia, prevenir fallos y prolongar la vida útil de los rodamientos.
3.— Relubricación
Este proceso implica la renovación o adición de lubricante para asegurar una cantidad adecuada y mantener una capa protectora entre las superficies de contacto. La relubricación es esencial en el mantenimiento preventivo, ya que no solo prolonga la vida útil del rodamiento al reducir la fricción y el desgaste, sino que también ayuda a prevenir problemas asociados con la falta de lubricación, como el sobrecalentamiento y la corrosión. La combinación de una relubricación regular y un mantenimiento adecuado contribuye a garantizar un rendimiento óptimo y una mayor durabilidad de los rodamientos en diversas aplicaciones industriales.
4.— Monitorización básica de estado
El monitoreo básico del estado de los rodamientos es esencial para prevenir fallos y mantener un rendimiento óptimo en entornos industriales. Incluye prácticas como la escucha, inspección visual, medición de temperatura, análisis de vibraciones, verificación de juego y desplazamiento, así como el monitoreo de sonidos ultrasónicos. Estas técnicas permiten la detección temprana de posibles problemas, facilitando intervenciones preventivas y asegurando la fiabilidad continua de los rodamientos a lo largo del tiempo. Para comprobar el estado de estas piezas, podrán utilizarse distintos métodos no invasivos como, por ejemplo, el análisis de vibraciones mecánicas, el análisis de la temperatura o el análisis del ruido. Este tipo de monitorización no interferirá en el proceso productivo de la máquina.