Mediante la aplicación del ACR en las distintas industrias se han localizado causas comunes de fallos como lo son concentraciones de esfuerzos, desalineaciones, metalurgia inadecuada, falta de equipos de inspección, falta de adiestramiento del personal, etc., las cuáles se agrupan en tres niveles del ACR.
Raíces Físicas: En este nivel se reúnen todas aquellas situaciones o manifestaciones de origen físico que afectan directamente la continuidad operativa de los equipos o plantas, por ejemplo: flujo mínimo por bloqueo de una tubería, malas conexiones, repuestos defectuosos, etc. Generalmente en este nivel no se encontrará la causa raíz del fallo, sino un punto de partida para localizarla.
Raíces Humanas: Aquí encontraremos todos aquellos errores cometidos por el factor humano y que inciden directa o indirectamente en la ocurrencia del fallo: instalación impropia, errores en diseño, no aplicar correctamente los procedimientos pertinentes, etc., esta es una de las categorías en las que se podría encontrar la causa raíz de un fallo.
Raíces Latentes: Todos aquellos problemas que aunque nunca hayan ocurrido, son factibles su ocurrencia. Entre ellos: falta de procedimientos para arranque o puesta fuera de servicio, personal que realice trabajos de reparación sin adiestramiento, diseño inadecuado, inapropiados procedimientos de operación, entre otros.
Figura 3. Niveles del ACR
Para un mejor entendimiento de los niveles del ACR véase (Ejemplo de ACR de Fallo en el Rodamiento de una Bomba).