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Para las industrias es vital mantener la producción y abaratar los costos de mantenimiento en medida de lo posible. Como vimos en tipos de mantenimiento, existen diversas estrategias para cada situación. Así, encontramos el mantenimiento proactivo, el cual consiste en actividades con el fin de evitar las condiciones subyacentes que conducen a los fallos y desgates de las máquinas. Sin embargo, antes de adoptar esta estrategia de mantenimiento es recomendable analizarla a fondo. De esta forma, conocer sus ventajas y desventajas.

Cada tipo de estrategia de mantenimiento tiene sus pros y contras. Algunas, resultan ser más eficientes respecto a otras según sea el caso. Por ejemplo, en algunas empresas es más rentable aplicar una estrategia de mantenimiento reactiva. Para esto, se debe tomar en cuenta si la continuidad de producción no es un problema y si se cuenta con un presupuesto limitado.

El mantenimiento proactivo es una estrategia de mantenimiento preventivo que trabaja para corregir las causas fundamentales de los fallos y evitar las averías causadas por las condiciones subyacentes del equipo. El propósito del mantenimiento proactivo es ver los fallos de las máquinas como algo que puede anticiparse y eliminarse antes de que se produzcan. La creación de un programa de mantenimiento proactivo ayuda a las organizaciones a encontrar ineficiencias ocultas.

El mantenimiento proactivo

El enfoque de mantenimiento proactivo permite realizar el mantenimiento sólo cuando es necesario, basándose en los datos de mantenimiento recopilados. Así, cuando las organizaciones implementan el mantenimiento proactivo abordan los elementos más sistemáticos de un programa de mantenimiento, en lugar de las máquinas en sí. De esta forma, el mantenimiento proactivo permite a las organizaciones capacitarse para:

  • Identificar las causas raíz de los fallos de las máquinas.
  • Resolver los problemas antes de que se conviertan en averías.
  • Prolongar la vida útil de la maquinaria y reducir el tiempo de inactividad como consecuencia de un fallo de la máquina.

Así, decimos que los pilares del mantenimiento proactivo son:

  • la recopilación de datos iniciales,
  • el seguimiento de las tendencias en curso y,
  • el análisis de los datos para tomar medidas después de encontrar indicios de fallo.

Algunos programas de mantenimiento proactivo se apoyan en sistemas informáticos de gestión del mantenimiento, en datos integrados, en la monitorización del estado y en herramientas y sensores conectados. Por otro lado, a diferencia del mantenimiento predictivo o preventivo, el mantenimiento proactivo encarga acciones correctivas dirigidas a las causas de los fallos, no a los síntomas. Por eso, su enfoque principal es prolongar la vida útil de la maquinaria en lugar de hacer reparaciones cuando a menudo no pasa nada. Asimismo, acomodar los fallos como algo rutinario o normal, o detectar las condiciones de fallo inminentes y solucionarlas.

Funcionamiento del mantenimiento proactivo

Para adoptar un tipo de mantenimiento especifico debemos tener en cuenta factores como presupuesto, empleados a tiempo completo y especializados en realizar los análisis de las mediciones. Por esto, debemos entender cómo funciona la estrategia en mantenimiento en cuestión, en nuestro caso el mantenimiento proactivo. Por ejemplo, algunos de los principios son:

  • Centrarse en los modos de fallo.
  • Recibir apoyo de la dirección y sea una decisión empresarial dónde invertir los recursos y las tecnologías de mantenimiento.
  • Seleccionar las tecnologías adecuadas.
  • Mejorar las habilidades de los empleados.

Cómo lograr un mantenimiento proactivo eficaz

Las claves para implementar exitosamente un programa de mantenimiento proactivo incluyen acercamientos metódicos para hacer la transición a un nuevo plan de iniciación. Asimismo, la selección de herramientas tecnológicas y manejo y análisis de datos obtenidos. Entre estos encontramos cuatro bases fundamentales:

1. Propuesta del nuevo programa

Es fundamental establecer un punto de partida y una visión para el futuro del programa. Por esto, las mejores prácticas para las organizaciones implican la definición de objetivos, la creación de un plan de puesta en marcha y la identificación de formas de lograr la aceptación del personal. Así, la aceptación de la nueva estrategia por parte del personal puede lograrse demostrando cómo el nuevo programa facilitará su trabajo. Para esto, debemos explicar cómo el mantenimiento aprovecha los datos técnicos. De esta forma, no necesitarán realizar tantas tareas de mantenimiento preventivo y tendrán más tiempo para centrarse en nuevas iniciativas.

Asimismo, las organizaciones que deseen implantar el mantenimiento proactivo pueden realizar un estudio de criticidad y un análisis de modos y efectos de los fallos. Así, pueden desarrollar un soporte de consultoría para garantizar el éxito del programa.

2. Selección de las herramientas tecnológicas

Los diferentes activos requieren una mezcla de tecnologías, incluyendo la mecánica, eléctrica y de procesos. Por ejemplo:

  • Herramientas de detección:
    • cámaras térmicas,
    • análisis de aceite.
  • Herramientas de resolución de problemas:
    • pruebas eléctricas,
    • herramientas de proceso.
  • Instrumentos de diagnóstico:

3. Gestión e integración de datos

Una de las claves para encaminarse al mantenimiento proactivo es la gestión de datos con el apoyo de un sistema de gestión de mantenimiento computarizado. Asimismo, podemos apoyarnos de un software SaaS (Software as a Service, o software de servicio) para apoyar la recolección y análisis de datos. Así, con la organización de los datos obtenidos, podemos supervisar y hacer seguimiento de la finalización puntual de los trabajos críticos y el tiempo invertido en la actividad.

4. Herramientas y sensores integrados

Un software de monitorización de estado les permite a los gestores de mantenimiento monitorizar múltiples activos de forma remota. También, puede producir alarmas de activos y varios gráficos de datos por activo con la correlación de la corriente, el voltaje, la temperatura, vibración y supervisión de la calidad de la energía.

Ejemplo del mantenimiento proactivo

Algunos ejemplos de mantenimiento proactivo son:

  • Comprobación de las tuberías en busca de signos de corrosión, adelgazamiento o grietas:

La inspección periódica de las tuberías en busca de corrosión es una piedra angular para aumentar su vida útil, mantener una funcionalidad óptima y prevenir fallos.

  • Lubricar las máquinas a intervalos regulares:

Las máquinas con componentes giratorios necesitan una lubricación regular para evitar la fricción entre superficies. Asegúrese de que almacena los lubricantes adecuadamente para evitar la contaminación.

  • Comprobación de la profundidad de la banda de rodadura de los neumáticos:

Los neumáticos desgastados disminuyen drásticamente la seguridad y el rendimiento de un vehículo. Controlar la profundidad de la banda de rodadura de los neumáticos es otro ejemplo de mantenimiento proactivo. Para ello, la mayoría de los neumáticos vienen con un indicador de barra de desgaste integrado.

Resumen

El mantenimiento proactivo cuenta con una amplia variedad de beneficios. No obstante, para hacer una transición a esta estrategia es necesario tomar en cuenta los puntos tratados. Por ejemplo, el presupuesto, organización, capacitación del personal, contratación de personal especializado, etc.

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