El principio de operación de las bombas centrífugas está basado en que el líquido a ser bombeado debe ser aspirado por el impulsor en la zona de succión. Los impulsores que mueven el líquido en las bombas centrífugas poseen un agujero denominado ojo del impulsor, por donde se introduce el líquido. Para que una bomba opere adecuadamente debe tener energía (presión) a la succión de manera que el líquido pueda ser acelerado al interior del ojo del impulsor.
Esta presión mínima necesaria para acelerar el líquido al interior del impulsor y para evitar la evaporación del fluido en el impulsor se denomina el Cabezal Neto de Succión Requerido o NPSHR como lo indican sus siglas en inglés «Net Positive Suction Head Required».
El NPSHR es un parámetro intrínseco del diseño de la bomba está influenciado por el ángulo de entrada b1 de los alabes del impulsor, por la velocidad de la bomba, por el diámetro del ojo del impulsor y por otros elementos del diseño. La forma de modificar este NPSHR es mediante la intervención de la bomba.