Mantenimiento Industrial para afrontar la Crisis

La baja de los precios del petróleo ha sumido al mundo industrial en uno de sus períodos más críticos. Aproximadamente unos US$380.000 millones, destinados a inversiones en la industria petrolera, tienen de momento un destino incierto, pues muchos proyectos han sido pospuestos, o cancelados. Muchos países que dependen del comercio de crudo están sufriendo un impacto catastrófico en sus economías. Los países OPEP y otros productores independientes ya han anunciado el diseño de estrategias para frenar la caída de los precios del crudo, que pasa por la congelación de la producción, luego que Arabia Saudita en 2015 abriera el chorro de crudo para justamente abaratar los costos, con la esperanza de sacar del mercado (o al menos desanimar) la costosa producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos, cuya rentabilidad debía ubicarse por encima de los 60 dólares por barril. En la hasta ahora irremplazable dinámica oferta-demanda, este exceso de petróleo en el mercado dio el resultado que todos ya sabían: la baja de los precios por sobreproducción. Sin embargo, algunos países que dependen casi exclusivamente del petróleo pagan un precio muy caro por la estrategia saudí, y confrontan en estos momentos graves problemas en sus finanzas públicas, como es el caso de Venezuela.

De modo que toca reordenar las fichas e intentar otra forma de jugar. En febrero, Rusia, Qatar, Venezuela y Arabia Saudita, entre otros, sostuvieron una reunión para llegar a acuerdos y frenar la producción con el fin de estabilizar los precios. No obstante, se ha tornado difícil convencer a otros productores grandes, que podrían hacer caso omiso de esta propuesta y seguir produciendo a pesar de los bajos precios, amén de que la oferta sigue superando en 1,5 millones de barriles a la demanda.

El portal de noticias BBC recoge la más variopinta gama de información al respecto, con actualizaciones diarias de la evolución de este tema, teniendo como telón de fondo la crisis que ha causado la baja de los precios y todas las afectaciones que esto ha traído como consecuencia. Cita específicamente a la consultora internacional Wood Mackenzie, que ha hecho público un informe según el cual 68 megaproyectos petroleros (que suman casi 27.000 millones de barriles de petróleo en reservas) están parados debido a las condiciones del mercado petrolero. A su vez, el portal Sputnik destaca que la compañía norteamericana experta en riesgo Deloitte emitió un reporte según el cual unas 175 compañías tienen una deuda de más de 150 mil millones de dólares, lo que significa que este año todas ellas corren el riesgo de caer en bancarrota.

Dentro de este desalentador panorama, que algunos han calificado como “la Era del combustible barato”, cabría replantearse la postura de la industria en uno de sus aspectos más significativos: el mantenimiento industrial. La misma investigadora Deloitte ha dicho que en su reporte también se han considerado aspectos positivos para la industria petrolera mundial, entre los que figura muy específicamente el sector de servicios. En este sector, caracterizado por el suministro de equipamiento y de recursos humanos, se inscribe la Ingeniería de Mantenimiento, una rama de la industria que podría capear mejor el temporal, debido a que requiere, comparativamente, menos inversión, y debido a ello las empresas podrían mostrarse más flexibles desde el punto de vista financiero. En países como España, por ejemplo, el sector del mantenimiento industrial tiene un peso aproximado del 9,5% del PIB nacional, según se desprende del seminario “El mantenimiento industrial en los tiempos de la crisis”, que tuvo lugar recientemente en la Universidad de Cádiz. En tal sentido, los expertos señalan que, en tiempos de crisis, es fundamental rentabilizar el mantenimiento, pero no es aconsejable en ningún sentido prescindir de este.

Profesionales versados en la material, con largos años de experiencia en el ramo del mantenimiento, estiman que se debe considerar en estos tiempos de crisis la evaluación continua de la explotación de los activos físicos, soportándose en las técnicas de confiabilidad operacional, con la finalidad de medir su eficiencia. Indudablemente serían inversiones de bajo costo, que llevarían a mejorar el comportamiento de las instalaciones y determinar con certeza el compromiso de disponibilidad de las instalaciones versus la producción que se pueda comprometer, gerenciando los costos que involucra la inversión en ingeniería, mantenimiento y confiabilidad. Esta sería una de las mejores técnicas a utilizar, en esta era de entropía petrolera mundial, de la cual esperamos todos emerger más sabios y fortalecidos.

Arquímedes Ferrera, representante de la empresa E&MS México considera que sin duda alguna la fuerte caída de los precios del petróleo y las duras condiciones económicas, ha puesto la presión en las organizaciones de mantenimiento para seguir siendo competitivos y rentables con presupuestos cada vez más reducidos. Por lo que en muchos casos ya no resulta conveniente seguir con el enfoque tradicional de la gestión de los activos físicos. Las organizaciones de mantenimientos y confiabilidad, deben dirigir sus estrategias hacia una optimización mantenimiento por su puesto visión en una confiabilidad óptima al mínimo riesgo. “Esto implica por supuesto, maximizar los recursos disponibles (humanos, materiales y financieros), mediante la utilización de herramientas de confiabilidad operacional y gestión de activos, que permitan orientar los recursos escasos, donde más generen valor a las empresas o industrias, como lo indique anterior mente manteniendo un equilibrio entre el Costo – Riesgo – Beneficio” – refirió Ferrera. Propone, entre otros aspectos, mejoras de la planta y la confiabilidad del equipo, mejorar las competencias del personal de mantenimiento y confiabilidad, planificar eficazmente, entre otros aspectos.

Adicionalmente, es importante resaltar que en estas épocas de crisis, debido a la poca disponibilidad de recursos para nuevas inversiones, dedicar recursos a:

  1. Análisis de capacidad de la infraestructura existente para el manejo eficiente de la producción de acuerdo a los nuevos pronósticos, a través del modelado del comportamiento de los equipos bajo las condiciones de proceso presentes y futuras impuestas por los Objetivos de Producción y el Plan de Negocios del Activo.
  2. Estudio de opciones de adecuación y/o desincorporación, que técnicamente satisfagan los nuevos requerimientos de producción.
  3. Validación y jerarquización de opciones mediante evaluaciones financieras.
  4. Análisis y recomendaciones para la toma de decisiones respecto a simplificar, adecuar y/o reorientar la infraestructura existente.

Vale la pena destacar, que durante la época de crisis, las organizaciones y en especial las de mantenimiento y confiabilidad, que son las más vulnerables a las reducciones presupuestarias, no pueden quedarse estáticas por estos acontecimientos, sino que deben dar los primeros pasos mostrándoles a los accionistas que pueden aportar beneficios significativos a las empresas, utilizando las estrategias y herramientas de las Gestión de Activos Físicos modernas.

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