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Revolución Industrial 4.0: Ética y Sociedad

El Internet de las cosas, la ciencia de datos, el diagnóstico inteligente, el E-Logistic, la impresión en 3D y, tal vez el más conocido, el comercio electrónico, son las ramas básicas de esta nueva forma de manejar los bienes, las comunicaciones y los medios de producción, que aún tiene muchas áreas grises respecto a qué pasará con la mano de obra humana, frente a lo que parece ser una verdadera embestida de cíborgs en nuestros puestos de trabajo, a la par de un mundo de maravillosas ventajas que seduce al mundo.

Las alarmas se han encendido, a la par de millones de tableros, conmutadores, dispositivos y sistemas de monitoreo en el mundo entero. El Foro Mundial, en su 46° edición en Davos, Suiza, le dedicó muchísimo centimetraje, y con justa razón. Presidentes, Primeros Ministros, respetadas personalidades y representantes de los sindicatos laborales más prominentes se han pronunciado al respecto, mostrando una muy saludable preocupación por el tema. Es la industria 4.0, esa que sonaba completamente maravillosa y futurista en unos lejanos 80´s, cuando se filmó Volver al Futuro, y que ahora ya está aquí y se ha colado, con bastante naturalidad, en nuestra cotidianidad.

La Industria 4.0 es la consecuencia natural de todo el vertiginoso desarrollo tecnológico y científico del siglo XX, que ahora cristaliza en el siglo XXI en nuevas formas de hacer las cosas y, cómo no, en una nueva percepción de lo que somos y hacia dónde vamos. Como suele suceder en todos los procesos humanos, la industria 4.0 corre libremente por un campo de bytes infinitos, en tanto otras materias inherentes a la seguridad y el orden social han quedado rezagadas, entre ellas los marcos legales y las fronteras éticas de esta nueva forma de trabajar y comunicarnos.

El internet de las cosas, la ciencia de datos, el diagnóstico inteligente, el E-Logistic, la impresión en 3D y el comercio electrónico, son las ramas más destacadas de esta nueva forma de manejar los bienes, las comunicaciones y los medios de producción. Uno de sus puntos neurálgicos es la producción completamente automatizada, conectada y coordinada por computadoras, así como los servicios prestados por robots, lo que ha hecho que muchos economistas empiecen a plantearse el futuro de la masa laboral media en el mundo entero. Las cifras son preocupantes. La industria 4.0 podría suplantar hasta 7 millones de plazas de empleo en los próximos cinco años. Incluso áreas más humanas, como los servicios médicos, de atención sanitaria, el transporte o las actividades administrativas podrán ejecutarse a través de programas de computadora o robots, en tanto que miles de profesionales irán a paro, inevitablemente.

La robótica en especial, como ciencia, tiene su razón de ser en el muy humano deseo de crear ayuda extra para los trabajos más tediosos. La palabra robot aparece por primera vez en la obra Rossum’s Universal Robots / R.U.R, del autor checo Karel Capek, que utiliza la palabra checa robota, la cual significa servidumbre o trabajo forzado. Años después, el célebre escritor Isaac Assimov publica sus famosos relatos sobre ciencia ficción, en donde los robots tienen un rol fundamental.

Asimov acuña el término robótica y crea las Tres Leyes de la Robótica, una de las cuales señala que ningún robot podrá dañar a un ser humano. ¿No sería pues, dolorosamente irónico, que los robots incorporados masivamente al campo laboral dejen sin empleo a millones de personas? A fin de cuentas ¿quién se beneficia realmente de la industria 4.0? Es indudable que la especialización del trabajo, el refinamiento de la tecnología, la concepción de nuevas formas de hacer las cosas son el germen del adelanto, el desarrollo y el progreso.

El problema es que el progreso suele pasar una factura muy cara que a la humanidad le toma años pagar. De cualquier forma, hay un desfase entre lo que se crea, el cómo se aplica y lo que sucede en el ínterin. Algunos prevén un sombrío panorama en el cual enfermeras y taxistas estarían disputándose sus puestos de trabajos con cíborgs, robots o tableros de mando mejores entrenados. Cabría preguntarse ¿por qué no se toman previsiones de este tipo? ¿Por qué no pensar primero, allanar el camino, acomodar los marcos teóricos, las leyes, sobre aquello que esperamos crear y que impactará a nivel masivo? Bueno, muy sencillo: no se puede teorizar sobre lo que aún no se ha creado, o al menos, no se puede teorizar completamente, porque es sólo a partir de lo creado que se ponen de manifiesto las consecuencias de tal creación.

El mundo 4.0

En la película Tiempos Modernos, escrita y dirigida por el preclaro y eternamente genial Charles Chaplin, se plantean los conflictos físicos y psicológicos entre el hombre y el mundo automatizado. Chaplin se daría gusto con la Industria 4.0. El mundo del arte, el cine, la filosofía y las ciencias sociales han tratado el tema a profundidad. Pero ha sido un tratamiento a posteriori, nunca a priori. El hombre está concebido para ir siempre más allá de sus propios límites físicos, psicológicos, conceptuales, sociales, y la industria 4.0 no esperará a que existan leyes previas sobre las cuales desarrollarse, porque esas mismas leyes no pueden prever todas las variables contenidas en tan compleja actividad. No obstante, es obvio que hay que regular la distribución de los beneficios de esta cuarta revolución industrial. Y rápido. Porque ese ha sido justamente el signo de los últimos tiempos: la rapidez con que suceden las cosas. La dinámica del desarrollo científico ha ido a toda pastilla en las últimas décadas, luego de siglos enteros en los que parecía transcurrir una eternidad entre un descubrimiento y otro, entre un invento y otro.

Nuestro entorno actual está marcado por la interconexión que proporciona la tecnología. Las comunicaciones, los datos, los negocios, los productos, lo que consumimos, lo que compramos, lo que queremos comprar, decir, tener o hacer, en todo ello está presente la interconectividad, una gigantesca red de personas, empresas, productos y servicios, maravillosamente posible gracias a esta cuarta revolución industrial. Y más allá de este intercambio de información comercial, personal, política o científica, nuestros objetos cotidianos también están conectados a internet: teléfonos móviles, computadoras, autos, sistemas de navegación satelital y un largo etcétera.

En el 46° Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, las maravillas de la industrial 4.0 no fueron suficientes como para opacar las inquietudes sobre ética y seguridad de todos los presentes. 40 jefes de Estado y cientos de líderes empresariales y sociales tuvieron tiempo de debatir sobre los aspectos éticos que esta entraña. Los avances tecnológicos, basados en sistemas ciberfísicos en la que entran en juego software, sensores, nanotecnología, tecnología digital de comunicaciones, suponen cambios drásticos en el mundo que conocemos. Si bien estas tecnologías lucen prometedoras en el campo de la salud, la producción agrícola o la eficiencia de la seguridad, otros temas como el manejo del clima a través de la geoingeniería o los robots militarizados también estuvieron sobre el tapete.

El Foro Económico Mundial utilizó un término clave: la industria 4.0 es un tema global que necesita un enfoque colectivo, destacando además que algunos de los avances tecnológicos pueden tener riesgos desconocidos. Si bien existen estimaciones de riesgo, no ha de ser la ciencia la encargada de escoger que tipos de riesgo se pueden tolerar, de modo que se hace imperativo un análisis holístico de estos puntos sensibles. Pero, ¿cuál es el n de crear la tecnología y cómo se debe avanzar? En este sentido, el Foro Económico Mundial dejó sentado el hecho de que es tan importante lo que se investiga, como el cómo se investiga, y el para qué. Si bien la industria 4.0 involucra las cosas que nos gustan y que se relaciona con nuestro trabajo y entorno, como el uso de internet, teléfonos móviles o compras on line, también abarca aspectos como el uso de genes nanotecnológicos para combatir plagas o la manipulación climática, cuyos efectos y alcances aún no es posible calcular por completo. De modo que los gobiernos actuales tienen un largo camino por recorrer, en el establecimiento de las bases legales, éticas y bioéticas para este nuevo mundo.

El trabajo y la industria 4.0

En este marco, las perspectivas laborales ya no serán, nunca más, lo que fueron. No hay vuelta atrás. Características como adaptación y Fluidez en Tecnología, que tan pomposamente aparecen en algunos resúmenes, ya no se consideran ventajas o rasgos especiales. A partir de ahora serán el ABC de cualquier empleo. La Interdisciplinariedad será obligatoria, y se prevé una transición inevitable desde la industria intensiva en trabajo y labores hacia la industria intensiva en tecnología y automatización. Y, como colofón: aún no hay marcos legales, regulaciones y obligaciones de ley que tomen en cuenta estas nuevas especificidades y exigencias laborales. Esto es especialmente delicado. Por ejemplo, la Impresión 3D hace posible la materialización de productos partiendo de un diseño específico, usando plásticos y polímeros, vidrio y ciertos metales. Entonces ¿qué es lícito imprimir en 3D? ¿Un arma, un auto de colección que podrá ser copiado, un diseño exclusivo que puede ser reproducido instantáneamente? Puestos a pensar, las posibilidades pueden ser tan infinitas como intimidantes. En Davos, uno de los planteamientos fue tajante: “aún no estamos su eficientemente preparados para esta cuarta revolución industrial, que llegará como un tsunami y transformará todos los sistemas y procesos. La falta de preparación golpeará aún más a la clase media e incrementará los problemas de exclusión social que vive el mundo, algo que se debe evitar a toda costa” –señaló el presidente de esta organización.

No obstante, las ventajas también son obvias. Por ejemplo, la Ciencia de Datos o Big Data analiza patrones en grandes conjuntos de datos que no son visibles a simple vista. El Internet de las Cosas (IoT) establecer nuevos modos de conectividad entre dispositivos que pueden interactuar entre ellos y con sus respectivos usuarios. El Diagnóstico Inteligente permite evaluar constantemente el ciclo de vida, la calidad y el desempeño de productos, equipos, con información en tiempo real, lo cual tiene un alto impacto en industrias como la automotriz, o la industria del mantenimiento y la gestión de activos, altamente consustanciadas con la prevención, la predictibilidad y la gerencia de activos. El E-Logistics permite automatizar las operaciones físicas y los flujos de información en los esquemas logísticos de las compañías, lo cual a su vez permite planificar de una forma más efectiva, haciendo un mejor uso de los recursos existentes al obtener información en tiempo real gracias a la automatización de los procesos. A su vez, el Comercio Electrónico ofrece nuevas formas de gestionar estrategias de venta, optimizar estrategias de distribución de productos, segmentación de los mercados, seguimiento del ciclo de vida de los productos y planeación de demanda.

Todo ello brinda un maravilloso mundo de posibilidades, en el cual los sistemas de producción se flexibilizan, la eficiencia y excelencia operacional no son simples utopías, el ambiente se beneficia dada la disminución del impacto de la industria en este, habida cuenta de la exacta planificación, uso de los recursos y disposición de las ventajas que esto supone, entre las que se encuentra la prevención, así como la posibilidad de un mundo sin desperdicios.

A nivel laboral, sin dejar de lado la preocupación de los despidos en masa o el debilitamiento de estructuras tradicionales laborales como los sindicatos, la industria 4.0 también promete mejores ambientes de trabajo gracias al uso de la tecnología, eficiencia y comunicación efectivas en las organizaciones, una mejor calidad de vida y disponibilidad de tiempo gracias al trabajo a control remoto, y en general la adquisición de nuevos y mejores productos y servicios, mayor eficacia en los procesos y tiempos de respuesta mucho menores.

Es absolutamente imposible ir en contra del desarrollo tecnológico, porque si bien este cobra caro al mundo, el no-desarrollo es más caro todavía. La Historia da cuenta de estos períodos oscuros, en los cuales ahogar la creatividad, el conocimiento y la transferencia de tecnología cobró muchas vidas, a costa del oscurantismo y el fanatismo. Así como la vida y la biología han seguido su curso, abriéndose paso entre las condiciones más adversas imaginables (los primeros organismos unicelulares que poblaron la Tierra no la tuvieron fácil), también lo ha hecho la imaginación, la inteligencia, la tecnología y la capacidad de desarrollar cosas nuevas. El hombre es capaz de crear todo aquello que es capaz de imaginar. Y la capacidad creadora humana parece ser una extensión natural de su capacidad biológica de reproducirse, fortalecerse y sobrevivir. El ingenio es un derecho divino, y todo parte del estado mental desde el cual hacemos nuestras elecciones. Pensemos pues, apropiadamente. Al final, nuestro mundo y nuestra vida se basan en la calidad de aquello que pensamos. Una calidad que pasa por la ética y por la búsqueda del bien común.

Referencias

  1. http://ecopolitica.net/industria-4-0-el- n-del-trabajo/
  2. http://eleconomista.com.mx/industrias/
  3. http://www.securityartwork.es/2016/10/04/industria-4-0-principios-diseno/
  4. https://editorial.logistica.la/2015/12/17/ la-industria-4punto0/

Texto: Alimey Díaz Martí

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