Normalmente, la confiabilidad se define como la duración o probabilidad de una operación libre de fallas, bajo ciertas condiciones definidas. Asimismo, la Norma MIL-STD-721C (Definitions of Terms For Reliability and Maintainability, o la definición de términos para la confiabilidad y mantenibilidad, por sus siglas en inglés) define la confiabilidad como “la probabilidad de que un activo ejecute las funciones deseadas bajo condiciones dadas, sin fallas por un periodo determinado”.
Historia de la confiabilidad industrial
En la década de los 50 el Departamento de defensa de los Estados Unidos de América inició un proyecto de investigación que marcó el inicio de los estudios de confiabilidad de elementos mecánicos. Este comenzó debido a varios problemas en los sistemas de defensa, debido a la baja calidad de los componentes electrónicos, los cuales comenzaron a usarse en la época. Por eso, a finales de 1952 el departamento crea el AGREE (Advisory Group on Reliability of Electronic Equipment, o grupo de consejo para la confiabilidad de equipos electrónicos). Este grupo buscaba fomentar los estudios en confiabilidad con el fin de aumentar la disponibilidad y disminuir las fallas de los equipos.
De esta forma, el AGREE logró recopilar datos durante los cinco años y, en 1957, publican el «AGREE Report.». Este sirvió como base para establecer requerimientos mínimos de Confiabilidad dentro de las especificaciones militares para equipos electrónicos y mecánicos. Luego, estos datos fueron de utilidad para aplicarlos a entornos industriales civiles.
Aproximación estadística de la confiabilidad
Una discusión bastante recurrente entre los profesionales consiste en determinar si la confiabilidad debería abordarse como si fuera un problema estadístico o no. Esto, ya que el manejo de datos tiene es de gran utilidad en la administración y dirección de compañías. Por eso, es necesario distinguir si la estadística es usada para manejar datos reales y analizar su comportamiento.
Por ejemplo, algunos autores defienden que los postulados matemáticos deben ser tomados como una verdad absoluta acerca de las fallas. De igual forma, niegan el hecho de que las cantidades de fallas analizadas mezclan efectos con causas; además niegan, que tener datos de fallas para analizar es aceptar que se tienen fallas y entre más datos, más fallas.
Entonces, la concepción de confiabilidad más común es como el tiempo promedio entre la ocurrencia de las fallas. Esta expresión tiene varios matices por considerar. Primero, es importante recordar que la cifra es un promedio y que el concepto de fallas se relaciona más con paros que con insatisfacciones como: derrames, producto no conforme, o riesgos incrementados, que también son fallas.
El dato como tal, es una cifra promedio; existe una gran diferencia entre probabilidad y la realidad, generándose muchas confusiones. Una falla probable es una falla posible y una falla ocurrida es una falla real y un algoritmo de cálculo no necesariamente garantiza su ocurrencia en un momento determinado (Hoyos, S. Generalidades de confiabilidad).
Elementos de la confiabilidad
Para implementar y gestionar los procesos de confiabilidad operacional, se deben tomar en cuenta los siguientes elementos:
filosóficos,
metodológicos,
de negocios.
Elemento filosófico
El éxito de un análisis de problemas radica en la adecuada conformación de un Equipo Natural de Trabajo o ENT. Para esto, se agrupa un conjunto de personas de diversas funciones y departamentos dentro de la organización para trabajar juntas por un periodo de tiempo determinado. Así, logran aportar conocimiento, habilidades, experiencia y perspectivas, con el objetivo de analizar un problema común y encontrar su solución, apuntando al logro de un objetivo común. Esto, en términos de garantizar las metas de seguridad, confiabilidad, producción y rentabilidad. Por ejemplo, el trabajo en equipo supera al individual cuando:
- La tarea es compleja.
- Se necesita creatividad.
- El patrón a seguir no es claro.
- Se requiere mayor eficiencia de recursos.
- El aprendizaje rápido es necesario.
- Se desea alto nivel de compromiso.
- La cooperación es esencial para la implementación.
- La tarea o proceso involucrado es interdepartamental.
Elementos metodológicos
Los análisis de criticidad son metodologías que permiten jerarquizar activos tales como: instalaciones, sistemas, equipos y dispositivos (ISED). Esto, en función de su impacto global en el negocio, con el fin de establecer prioridades que faciliten la toma de decisiones. En la definición de la estrategia para la implantación de la confiabilidad, el análisis de criticidad es la que marca la dirección de donde aplicar las metodologías de confiabilidad según el estado de los ISED analizados.
Elementos de negocio
Los elementos de negocio están representados en los Indicadores claves de desempeño. Esto, ya que traducen la estrategia y la misión de una organización en un amplio conjunto de medidas de la actuación, que proporcionan la estructura necesaria para un sistema de gestión y medición estratégica en la gestión de mantenimiento de activos.
Por un lado, los indicadores técnicos-financieros en el negocio de mantenimiento deben permitir identificar cuáles son las estrategias que se deben seguir para alcanzar la visión del negocio en una empresa. Por otro lado, expresar dichas estrategias en objetivos específicos cuyo logro sea medible a través de un conjunto de indicadores del negocio. Un indicador, es un parámetro numérico que facilita la información sobre un factor crítico identificado en la organización, en los procesos o en las personas respecto a las expectativas o percepción de los clientes en cuanto a costo- calidad y plazos.
Fases
Durante la implantación, maduración y gestión de un proceso de confiabilidad operacional, se atraviesan varias fases de evolución, a saber:
- Eliminación de desperdicios.
- Trabajo en equipo y cambio cultural.
- Uso de indicadores financieros.
- Cuantificación del costo de la falta de confiabilidad “costo de falla”.
Basada en el costo total del ciclo de vida de los activos.
¿Para qué Confiabilidad?
Es el hecho real que evidencia por qué se presentó una falla.
- Mejor seguridad
- Mejor productividad
- Mejores utilidades.
- Mejor ambiente de trabajo.
- Mejor calidad.
- Menor incertidumbre.
- Mejores decisiones.
Consejos para mejorar la confiabilidad
Las empresas buscan asegurar su futuro. Para esto, pueden definir estrategias, planearlas y la aplicar actividades que ayuden a conseguir los objetivos relacionados con la disponibilidad, la calidad, la seguridad, la integridad ambiental. Además, la efectividad de los costos satisfactorios para los propietarios, la comunidad, los empleados y los clientes. Para cumplir estos objetivos las empresas tienen que superar, controlar o establecer retos, tales como:
- Mejorar la confiabilidad.
- Reducir el riesgo.
- Mejorar la rentabilidad.
- Usar las mejores prácticas.
- Cumplir la legislación gubernamental.
- Apoyar el crecimiento.
- Garantizar la seguridad.
- Asegurar la sostenibilidad.
- Mejorar la productividad.
- Reducir la vulnerabilidad.
- Cumplimiento de normas ambientales.