La mayoría de las personas coinciden que la inflación es el impuesto más agresivo que hay, debido a que afecta completamente a todos los niveles que están involucrados en la economía de un país, y el Mantenimiento no escapa a estos impactos negativos. Imagínense, cómo podríamos ejecutar un plan de mantenimiento ya sea preventivo, correctivo programable o de emergencia, cuando cada vez que vayamos a comprar los insumos necesarios para llevar a cabo estas intervenciones, no se consigan en el mercado por falta de divisas, o simplemente éstos estén subiendo de precios cada día como resultado de una inflación desbocada. Los buenos planificadores de mantenimiento saben que para elaborar un plan de mantenimiento preventivo para cualquier período de tiempo, principalmente para los equipos críticos de la planta, que son aquellos que de fallar pueden afectar considerablemente a las personas, equipos, ambiente y producción; debemos tener en stock aquellos materiales, partes y repuestos que necesitamos para acometer estas intervenciones; pero, es muy cierto, que tendríamos que desembolsar grandes cantidades de dinero para tenerlos en el almacén, como una manera de cuidarse de estas situaciones indeseables.
Si no existiera una economía inflacionaria y una falta de divisas, la permanencia de esos materiales, partes y repuestos se podría manejar con inventarios más pequeños. Inevitablemente, la Alta Gerencia de una organización tendría necesariamente que analizar qué es lo más conveniente antes de tomar una decisión; si tenerlos en el almacén o correr el riesgo con posibles impactos negativos al no tenerlos. Ahora bien, de igual importancia, ¿cómo podría una empresa cualquiera presupuestar la ejecución de una Parada de Planta de alimentos, química o petroquímica o de cualquier índole, si no se tiene garantizado el suministro oportuno de los materiales, partes y repuestos, debido a que éstos no se encuentren en el mercado, o simplemente porque van subiendo de precio continuamente en tiempos relativamente cortos?. Imagínense la angustia permanente que puede existir a todos los niveles de una gerencia ante semejante escenario. Esto también es parte de lo que llamo el Costo Psicológico que aunque no lo vemos, nos está causando stress, angustia, molestia temores y frustración, afectando negativamente nuestra salud. Posiblemente, ante el escenario de no conseguir suministros oportunos de insumos y a precios razonable, se estén postergando la realización de paradas plantas, aumentando el riesgo de un incremento considerable de fallas con resultados indeseables para las personas, ambiente, equipos producción y economía, tanto para empresas privadas como aquellas otras en manos del estado, tales como de refinación, químicas y petroquímicas. De igual manera, no podemos olvidar como afecta considerablemente al sector Salud, al encontrar equipos completamente inoperativos por falta de repuestos, que en su mayoría son de importación, disminuyendo día a día su Calidad de Servicio y por consiguiente la Calidad de Vida. Y amén de la infraestructura de un país.
Autor: Brau Clemenza