Las estrategias de mantenimiento
Para una empresa, el mantenimiento de los equipos, procesos y estructuras garantiza mantener la producción, aumentar las ganancias y mantener la integridad física de los usuarios de las máquinas. Para lograrlo, dispone de una larga lista de estrategias de mantenimiento, cada una con enfoques distintos. Haga clic aquí para conocer más acerca de los tipos de mantenimiento. En este artículo hablaremos del mantenimiento autónomo.
Por ejemplo, si la empresa puede prescindir de mantener una producción constante es recomendable aplicar el mantenimiento correctivo. Este tipo de mantenimiento solo se pone en marcha una vez se ha producido la falla. Posteriormente, los técnicos proceden a identificar la falla y hacer las reparaciones necesarias para devolver a la máquina a su estado óptimo. Por otro lado, tenemos al mantenimiento preventivo y sus variantes derivadas. Entonces, el mantenimiento preventivo consiste en evitar a toda costa las posibles fallas. Para esto, se hacen chequeos basados en el tiempo, un ejemplo sería cambiar el aceite del automóvil cada 5,000Km recorridos. Asimismo, podría aplicar el mantenimiento predictivo, el cual tiene la misma finalidad del preventivo, con la diferencia que este evalúa cada síntoma del activo. Así, determinar cuándo es momento de hacer las reparaciones o actividades preventivas.
El mantenimiento autónomo
TPM (Total Productive Maintenance, o mantenimiento productivo total, por sus siglas en inglés) es una estrategia de mantenimiento industrial. Es decir, defiende la idea de que todos los trabajadores de la fábrica deben participar en el mantenimiento diario, en lugar de que toda la responsabilidad sea de los técnicos de mantenimiento. Entonces, decimos que el mantenimiento autónomo es uno de los ocho pilares del Mantenimiento Productivo Total.
El Mantenimiento Productivo Total (TPM) es un programa de mantenimiento con un concepto definido recientemente para el mantenimiento de plantas y equipos. Así, el objetivo del programa TPM es aumentar notablemente la producción y, al mismo tiempo, aumentar la moral y la satisfacción laboral de los empleados y la satisfacción en el trabajo. El TPM hace que el mantenimiento sea una parte necesaria y de vital importancia para la empresa.
El objetivo de este tipo de mantenimiento es no detener nunca la producción. Esto es, producir sin defectos, eliminar el tiempo muerto imprevisto, todo ello sin accidentes de trabajo. El mantenimiento autónomo es una de las etapas de la preparación de las condiciones de implantación del TPM por parte del comité de mantenimiento. Luego, en la etapa de implantación, la formación del personal en la metodología del TPM es una actividad importante.
Entonces, decimos que el mantenimiento autónomo significa que cada trabajador inspecciona y monitorea su equipo de forma independiente. Se hacen responsables de tareas simples como:
- la medición de la presión y el voltaje,
- la regulación de los sensores,
- la lubricación y la limpieza.
Por otro lado, la formación técnica los prepara para notar cualquier cambio y para solucionar cualquier problema rápidamente. El resultado es que se anima a los empleados a mantener sus equipos en las mejores condiciones posibles.
Beneficios del mantenimiento autónomo
Uno de los beneficios más claros del mantenimiento autónomo es el ahorro de mano de obra. Esto, porque cada trabajador se encarga de las tareas de mantenimiento más básicas. Así, los técnicos están libres para tareas más especializadas. Esto implica un uso mucho mejor del tiempo y de recursos.
Asimismo, notaremos que los trabajadores empiezan a detectar problemas y cambios antes de que causen un fallo. Esto permite intervenciones más oportunas, lo que causa interrupciones mínimas en el funcionamiento normal de la empresa. La reducción del tiempo muerto de producción y de las paradas. Por otra parte, proporciona una mayor disponibilidad, lo cual mejora el OEE, el cual analiza el rendimiento o capacidad de producción, la calidad de la máquina y disponibilidad de la misma.
Para resumir, estos son los principales beneficios del mantenimiento autónomo:
- menores costes con la mano de obra,
- menos paradas y riesgo de accidentes,
- mayor disponibilidad,
- más seguridad,
- aumento de la participación e implicación de todos los empleados.
4 pasos para aplicar con éxito el mantenimiento autónomo
A continuación, presentamos cuatro pasos para aplicar prácticas de mantenimiento autónomo exitosas.
- Entrenar a los empleados: para que cada trabajador sea independiente, necesita conocer las máquinas con las que trabaja. Entrenar a cada empleado para detectar cambios y resolver problemas comunes es clave para esta estrategia de mantenimiento. Así, todo el mundo debe ser capaz de realizar tareas de mantenimiento sencillas, así como configurar y mantener sus equipos en condiciones óptimas.
- Inspección inicial: después de entrenar a los empleados, estos podrán hacer inspecciones cuidadosas y limpieza de los activos. Así, estarán más atentos a las fugas, tornillos sueltos, grietas, contaminación, sonidos u olores anormales y sobrecalentamiento. Las tareas de limpieza incluyen la eliminación de residuos de aceite, polvo, suciedad y otros residuos. De esta forma, se asegura que los equipos se mantengan en buenas condiciones. Asimismo, si hay algún problema que no pueden resolver, deben señalarlo y llamar a un técnico.
- Eliminar las fuentes de contaminación: para detener el deterioro de las máquinas, los empleados deben identificar la fuente de contaminación. De lo contrario, seguirá apareciendo la suciedad y, por lo tanto, los problemas en los equipos. Para esto, deben conocer bien cómo funcionan los activos, conocer sus partes y demás.
- Monitoreo y optimización: para aumentar la producción es necesario eliminar a toda costa la duplicación de tareas. Para esto, las tareas de cada empleado deben ser monitoreadas por un calendario de mantenimiento. Así, se logran coordinar las actividades de mantenimiento.
Resumen
Con la implementación del mantenimiento autónomo como estrategia se puede mejorar la productividad de una empresa. Asimismo, puede incrementar la eficiencia global de los equipos; se logran desarrollar nuevas habilidades para el análisis de problemas y creación de un nuevo pensamiento sobre el trabajo. De igual forma, crea conciencia sobre la operación correcta y verificación permanente de acuerdo a los estándares establecidos en la metodología. Estos, permiten evitar el deterioro del equipo, mejorar su funcionamiento, incrementar la disponibilidad, el rendimiento y la calidad del equipo. Esto, al construir y mantener las condiciones necesarias para que funcione sin averías, además de mejorar la seguridad en el trabajo.